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Movilizar. Inspirar. Actuar.
Por: Enoc Panduru
Esa es la misión que nos une como jóvenes cuando decidimos no quedarnos quietos ante la realidad que vivimos. No todos servimos para lo mismo, y eso no solo está bien: es necesario. En este cuerpo que somos como sociedad, unos son boca, otros son pies, otros manos. Cada quien aporta desde su lugar.
La boca que comunica, que anima, que da voz a quienes muchas veces no son escuchados.
Las manos que trabajan, que siembran, que cuidan, que levantan a quien se cae.
Los pies que caminan, que se acercan, que recorren barrios, comunidades y rincones olvidados.
No todos van al frente, no todos hablan en público, no todos lideran campañas. Pero todos son indispensables.
En un mundo que a veces divide, clasifica y etiqueta, los jóvenes tenemos el poder de unir desde la diversidad de dones. Porque si el cuerpo se mueve, es porque cada parte hace su parte.
Nuestro llamado no es a ser iguales, sino a estar conectados.
Movilizar no siempre significa marchar: también puede ser escuchar, crear, organizar, servir.
Lo importante es no quedarnos inmóviles.
Hoy, más que nunca, Honduras y el mundo necesitan jóvenes que se entiendan como parte activa de algo más grande. Que se animen a descubrir qué parte del cuerpo son… y a moverse con propósito.
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