Columnas 45 Elías Enoc Panduru julio 15, 2025
Muchos amigos y conocidos me han escrito en estos días para felicitarme por la publicación de Forbes. Algunos me han dicho que debí anunciarlo con bombos y platillos, ponerlo en todas mis redes, celebrarlo. Y tienen razón. Pero también sentí que no podía publicar algo así sin antes detenerme a pensar, a escribir, a respirar un poco.
Y mientras escribía, salió esto:
Una gran responsabilidad.
La de demostrar que nuestra generación no está aquí solo para esperar turno, sino para proponer, construir, corregir y hacer camino. Las miradas que ahora se posan en mí me recuerdan que este reconocimiento no es un punto de llegada, sino un punto de partida. Me pone en tarea, me reta a seguir creciendo y a dar aún más la talla.
Sobre todo, me recuerda que no llegamos para quedarnos solos arriba, sino para abrir paso a los que vienen. Para compartir el espacio, para que otros también puedan brillar, crecer y aportar. Que gran responsabilidad.
Y en medio de este proceso, recordé una predicación que escuché hace años del Pastor Sergio Belart, titulada Se necesita un muchacho. En ella hablaba de una historia sencilla: la de un niño que, en medio de una multitud hambrienta, fue el único en dar lo poco que tenía, cinco panes y dos peces, para intentar ayudar. Lo suyo no era mucho, pero fue lo suficiente para que algo mucho más grande sucediera. Esa historia me marcó profundamente. Y lo recuerdo claro: ese día, mientras lo escuchaba, pensé con el corazón, “¡Quiero ser el muchacho!”
Esa frase quedó grabada en mí. No por romanticismo, sino por convicción. Porque al final no se trata de esperar tenerlo todo resuelto para comenzar, sino de poner a disposición lo que uno tiene, aunque sea poco. A veces, el verdadero cambio empieza así, con pequeños actos, decisiones conscientes, pasos firmes desde donde estamos.
Hoy, frente a este tipo de reconocimientos, pienso que lo más importante no es cuánto hemos logrado, sino qué estamos dispuestos a hacer con eso. Si lo usamos para marcar una diferencia, para elevar la conversación, para sumar causas y multiplicar esfuerzos, entonces realmente vale la pena.
Porque al final, lo que queda no son los titulares ni las credenciales, sino la forma en que vivimos lo que decimos. La manera en que acompañamos, servimos y dejamos huella.
Y si tuviera que resumir lo que creo que vale la pena cultivar, sería esto:
Que tu humildad supere tu influencia
Que tu servicio exceda tu popularidad
Que tus sacrificios rebasen tus logros
Que tu nobleza opaque tus reconocimientos
Que el amor triunfe sobre tu ego
Eso es lo que quiero seguir recordando
Y eso, para mí, es una enorme responsabilidad.
Etiquetado como:
cipotes destacado slide 2 slide show
Sobre el autor call_made
Profesional hondureño con experiencia en marketing y comunicación estratégica, enfocado en liderar iniciativas sociales y ambientales. Actualmente dirige una organización juvenil Cipotes Honduras que promueve el empoderamiento y la acción climática, combinando innovación y compromiso para generar un impacto positivo en la comunidad.
¿Quieres publicar o que nos demos cuenta de algo? Escríbenos a times@cipotes.org
Es la revista digital de Cipotes Honduras, enfocada en noticias, análisis e información de interés para la juventud. Combina periodismo, opinión e investigación sobre temas sociales, ambientales y de desarrollo.
© 2025 Cipotes Honduras. All rights reserved
✖
Are you sure you want to cancel your subscription? You will lose your Premium access and stored playlists.
Volver Confirme la información
✖
Sé el primero en dejar un comentario