Evalúa antes de votar

Si hay un cambio interesante a observar en el actual escenario electoral, que ya venía perfilándose en las elecciones de 2021, es el del voto independiente, es decir, de quienes ejercen el sufragio, motivados por los candidatos y no necesariamente por la afiliación a un partido político en particular.

Tomando en cuenta lo anterior, el voto duro, de militantes y simpatizantes de los partidos políticos, no definiría los resultados de las elecciones, sino el voto blando, es decir, el de las personas indecisas, que pueden ser más sensibles a los cambios de último momento. La idea de pertenecer a un partido político por tradición familiar parece ir decayendo y, en su lugar, adquiere una mayor relevancia la simpatía hacia los candidatos y su participación en la arena pública.

En el mundo de las redes sociales digitales el riesgo es quedarnos solamente en lo superficial, en las tendencias populares, que son ruidosas, pero poco sustanciales. Más allá de divertirnos o entretenernos con las participaciones de los candidatos, para tomar decisiones en las urnas es indispensable revisar sus propuestas, además de su perfil.

Esta elección en particular, en la que están habilitados para ejercer el sufragio más de seis millones y medio de ciudadanos, representa una valiosa oportunidad para que los jóvenes elijan entre diversas opciones de izquierda, centro y derecha, con la consecuente variación del rol del Estado en cada una de ellas.

Esta vez, quizás con mayor fuerza que antes, encontramos diferencias clave en el abordaje del papel regulatorio y de control del Estado, en la relación con la iniciativa privada, la apertura a la innovación, el enfoque en el individuo y la familia y, por supuesto, en la política exterior.

Las elecciones del próximo 30 de noviembre se darán en un contexto muy diferente al de 2021, no solamente por los cambios experimentados en la actual administración bajo un modelo socialista democrático, también por el flujo constante de información y desinformación a través de las redes sociales.

Hoy, más que hace cuatro años, estamos muy expuestos a las noticias falsas, por la facilidad de suplantar identidades, en imagen y voz, así como para difundirlas con enorme rapidez.

Evaluar a los candidatos ahora requiere mucha más dedicación y empeño, para no caer en engaños, tanto como para no sucumbir ante lo divertido, emotivo y popular. En un mundo de mucho ruido, auditivo y visual, hay que escudriñar un poco más y ejercitar el pensamiento crítico antes de ir a las urnas.

Es indispensable derrotar la indiferencia, la indecisión y la comodidad. Debemos comprender que, si dejamos de participar en el proceso electoral, estaremos poniendo nuestro futuro en manos de los demás.

En estas elecciones, mucho más que antes, hemos encontrado valiosos esfuerzos por incentivar el voto desde diversos actores, tanto de la sociedad civil organizada, la empresa privada y los medios de comunicación. Es momento de tomar la oportunidad de hacer valer nuestra voz. Este domingo 30 de noviembre, ¡vamos a votar!