Iliana Licona: Inspiración más allá del éxito

Iliana Licona, de 25 años y originaria de La Ceiba, se abre paso entre el servicio público, el voluntariado y los derechos humanos. Iliana estudió las carreras de Relaciones Internacionales y Derecho en Unitec, y en ellas encontró herramientas para entender al Estado, convencida de que la transformación comienza desde el servicio público.

Así fue como llegó a espacios retadores, como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH). Allí descubrió de primera mano la crítica pública hacia las instituciones, enfrentó impotencia y frustraciones, pero también ganó carácter.

Iliana también fue presidenta de la asociación de su carrera en plena pandemia, es miembro del Consejo Consultivo Juvenil de la Unión Europea y recientemente fue seleccionada para la prestigiosa beca Chevening, que la llevará a estudiar la maestría en International Social and Public Policy en The London School of Economics and Political Science. Sin embargo, no le da vergüenza ni temor hablar del otro lado de la moneda: las demás becas a las que aplicó y no quedó, la lucha contra el síndrome del impostor y el burnout que sufrió al sobrecargar su agenda. Para ella, el rechazo no es un reflejo del valor humano, sino un recordatorio de que el crecimiento también nace de las caídas.

También hace hincapié en el verdadero significado del liderazgo. “No tenés que tener el título de presidente para generar un cambio. Con tener una buena causa y disposición es suficiente”, asegura. Iliana insiste en la importancia de cuidar la salud mental y física, porque ninguna meta profesional o personal importa si tu cuerpo y espíritu no van a poder llevarla a cabo.

En su tiempo libre disfruta leer, viajar, salir a comer y pasar tiempo con su familia. Para Iliana, viajar es la posibilidad de comenzar de nuevo. Una de sus mayores fuentes de inspiración y apoyo ha sido su mamá.

De pequeña le costaba aceptar que su mamá, funcionaria pública, no siempre podría estar en casa con ella, pero con el tiempo entendió que ese ejemplo de entrega en su madre le mostró que el mundo no siempre es justo con las mujeres y que por eso vale la pena luchar por transformarlo. Es ese legado familiar lo que la impulsa a seguir soñando con un futuro más sencillo y justo con las mujeres.

Mientras se prepara para su maestría en el extranjero, Iliana sigue soñando con regresar a Honduras y volver a desempeñarse como servidora pública, con proyectos que inspiren a nuevas generaciones. Su historia no solo es de éxitos brillantes, sino de caídas y nuevos intentos. Ahí radica su mayor inspiración: mostrarnos que ser joven líder no significa tener todas las respuestas, sino caminar con disciplina y valor para levantarse una y otra vez.