Gabriela Munguía: Poder femenino en la ciencia

Con 24 años, Gabriela Munguía es una voz joven que inspira. Egresada de Ingeniería en Energía de Unitec San Pedro Sula, representa a una generación de mujeres que desafían los límites y demuestran que la ciencia y la ingeniería también son espacios para ellas.

Desde pequeña, Gabriela creció en un ambiente en donde el aprendizaje era un estilo de vida. Su madre le mostró que estudiar no se trata de solo coleccionar títulos, sino de un ejercicio de humildad ante el conocimiento. Esa curiosidad constante la ha definido desde pequeña: se considera alguien que nunca deja de aprender y que transforma cada desafío en una oportunidad.

Una de las experiencias más significativas de su vida fue mudarse sola a Alemania a los 22 años. Enfrentada a un idioma distinto, una nueva cultura, y a su propio miedo de no poder con todo. Sin embargo, fue allí donde aprendió a confiar en sí misma y a reconocer su propio valor. “Aprendí que se puede construir un hogar en cualquier parte del mundo” cuenta.

De niña soñaba con ser maestra, motivada por la vocación que veía en su mamá. Pero, una conversación con su papá, quien también es ingeniero, encendió en ella un anhelo diferente: ser referente para otras mujeres, para que puedan llegar a donde antes no se les veía. “Quiero que cuando una niña quiera ser ingeniera, vea mujeres ahí y vea que es posible”, afirma. Ese deseo la llevo a elegir la ingeniería en energía, que además de técnica, busca mejorar la calidad de vida de las personas a través del desarrollo sostenible.

Más allá de su carrera, Gabriela valora el equilibrio personal. Para ella, cuidar su bienestar físico y mental son clave para poder alcanzar cada meta. Después de años de exigirse tanto y sobrecargar su agenda, comprendió que el descanso también forma parte del éxito. Correr se ha vuelto su pasatiempo favorito, una manera de liberar el estrés y mantener la constancia.

Tiene metas personales en el futuro, entre ellas seguir trabajando en sostenibilidad y seguir aprendiendo alemán, pero más allá de los logros profesionales, lo que más la motiva es ayudar a otros y poder dejar una huella positiva.

A los jóvenes, les deja este mensaje: “No tengas miedo. El ‘no’ ya lo tenés asegurado si no lo intentás.” También comparte una frase que le recuerda a esta generación, dicha frase se encuentra en el East Side Gallery, que conserva los restos del Muro de Berlin:

«Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo»